La preciosa ciudad colonial de Tequisquiapan, en el estado mexicano de Querétaro, es el lugar ideal para el descanso y el deleite de todos los sentidos. Esta pequeña ciudad de 50.000 habitantes, fundada por los españoles en 1551, destaca por el irresistible encanto de sus callejas y plazas virreinales y las numerosas leyendas que colorean su historia. La Plaza Miguel Hidalgo, rodeada de galerías, tiendas de plateros y artesanos, cafeterías y locales de venta de productos típicos y muebles es el punto de partida hacia los distintos recorridos turísticos. Frente a ella, la Parroquia de Santa María de la Asunción se yergue protectora de este bellísimo Pueblo Mágico mexicano. Los magníficos balnearios de Tequisquiapan -Termas del Rey, Fantasía Acuática, El Oasis y otros- ofrecen paseos en lancha, toboganes interminables y piscinas fantásticas para la diversión de toda la familia. Sin dudas, Tequisquiapan invita al ocio en medio de la paz y las virtudes de sus armonizantes aguas termales.
Famosa por su mercado de artesanías en mimbre y varas, sus fiestas –entre ellas, la Fiesta de la Santa Cruz y la popular Feria del Queso y el Vino- y sus concurridos balnearios de aguas termales, Tequisquiapan se ha constituido como un exquisito destino turístico. Muchos de los visitantes, enamorados para siempre de este precioso lugar en el mundo y decididos a quedarse o a pasar allí sus vacaciones, movilizan cada año el codiciado mercado inmobiliario de la ciudad, que ofrece variadas opciones de compra o de alquiler. La oferta hotelera, de excelente servicio, cumple perfectamente con las expectativas de todos los viajeros en busca de relax; en tanto, los restaurantes no se quedan atrás y seducen a los comensales con deliciosos platos queretanos y excelentes vinos de primerísima calidad. En cuanto a estos últimos, los amantes del buen vino pueden disfrutarlo en los distinguidos Wine Bars de la ciudad.