Reconocida como una de las ciudades más seguras y habitables de México, Colima, capital del estado homónimo, se ubica entre dos volcanes antagónicos: el Volcán de Fuego, todavía activo, y el Nevado de Colima, que ya no presenta actividad y se encuentra, como su propio nombre indica, cubierto por una capa de nieve.
Ubicada en la costa occidental de México, cerca del Pacífico, la ciudad se construye, como es habitual en la zona, alrededor de una plaza principal; en este caso se trata del Jardín Libertad, en cuyo cenador es habitual encontrar a músicos tocando distintas piezas para el deleite de los paseantes.
De clima agradable a lo largo de todo el año, Colima tiene su punto fuerte en la salubridad del agua. De humedad elevada gracias a las abundantes lluvias que se generan en las montañas circundantes, la ciudad y su entorno cuentan con diversos arroyos, parques acuáticos y aguas termales, por lo que las estancias terapéuticas, con fines medicinales y de reposo, se encuentran a la orden del día.
Quizá sean estos factores los que explican el crecimiento constante del mercado inmobiliario de Colima. Aunque se producen ciertas fluctuaciones cíclicas debidas a los vaivenes de la economía, en términos globales el precio de la vivienda se ha ido duplicando en periodos que rondan los siete años.
En este entorno tranquilo predominan las casas unifamiliares, de escasa altura, con exteriores rústicos e interiores funcionales. Lo necesario, por tanto, para disfrutar de una estancia en calma que reequilibre cuerpo y mente para afrontar de nuevo con garantías los quehaceres de la vida cotidiana.