Villa de Santiago, en el estado mexicano de Nuevo León (noreste), ha recibido el apelativo de 'Pueblo Mágico' por parte de la Secretaría de Turismo del país, quizá por los muchos atractivos que ofrece al viajero, sobre todo en los aspectos relacionados con los deportes extremos y acuáticos y el cañonismo.
El municipio se encuentra enclavado en la Sierra Madre Oriental, a tan solo media hora de Monterrey, y goza de una riqueza natural exuberante (baste como ejemplo el paradisíaco Parque Nacional Cumbres de Monterrey), reclamo también para aquellos que desean dejar atrás la polución de las grandes densidades demográficas.
La intensa experiencia deportiva y natural que puede disfrutar el turista más aventurero se complementa con una exquisita gastronomía basada en la carne (el cabrito y la machaca son los platos locales más característicos y demandados) y una interesante arquitectura que contemplar en los entresijos del municipio, que se construye a base de estrechas callejuelas flanqueadas por ilustres casonas.
Con un marcado acento colonial, este municipio mexicano se disfruta en todo su esplendor recorriendo a pie los vericuetos de su trazado. Además, desde el mirador emplazado tras la iglesia de la plaza principal, el visitante podrá disfrutar de unas vistas espectaculares de la Presa de la Boca.
El parque inmobiliario de Villa de Santiago es heterogéneo, y se extiende desde las ya mencionadas casonas del centro histórico hasta las quintas o ranchos de las afueras, situados junto a la carretera, pasando por casas unifamiliares aisladas del exterior, estas últimas destinadas a personas con un nivel adquisitivo más elevado.